Sentada,
pensando en cómo te pudiste ir tan
pronto, como acabaste con todo aquello que habíamos estado forjando, la vida es
cruel y me llevo a ti sabiendo que en el momento que todo terminara, yo me destrozaría
y caería otra vez en el hondo hueco del que tanto me costó salir.
La ilusión de estar contigo, de sentirte que formas parte de
mi vida, de llegar adorarte y esperar tu mensaje al despertar, de pensarte al salir el sol y sonreír por ti cuando se oculta, mirar el cielo al anochecer y
sentirme junto a ti en la carencia de tu alma; todo aquello quedo grabado en mi
memoria, donde lo atesorare en la eternidad de tu ausencia.
Nada deberá opacar nuestra existencia, pensemos que todo lo
tuvimos hasta el final. Que el destino se ponga
de a buenas y nos sitúe en el punto de partida una vez más, sin que vuelva aquel temblor que se provocó al
encontrarnos, y solo sentir el suelo firme bajo nuestros pies.
La ilusión de estar contigo, con tu ausencia y
tu demencia, con la felicidad y la
tormenta, a tu lado, sonriendo cada vez que tu nombre se paseaba por mi mente,
cada vez que tu voz melodiosa pronunciaba alguna caricia para mi alma mustia. La ilusión de estar contigo