Encontrar una manera perfecta
para demostrarle al mundo que tú puedes ser, que tú eres, que sueñas de la
misma forma que lo hacen los demás, que simplemente tú también tienes alas para
volar. Ser uno mismo a veces nos puede causar problemas con la sociedad, que
pueden acabar hiriendo nuestros sentimientos, alterando nuestra estabilidad
emocional y hundiéndonos poco a poco.
Demostrarle a la sociedad no es el
problema, si no, el cómo demostrarte a ti mismo que tienes tu propia esencia, que
vales más de lo que piensas y que tienes lo que nadie más tiene, lo que te hace
especial en este mundo lleno de injusticias y barbaries. Saber que nuestro ser
viene desde el más mínimo gesto, de la más mínima palabra e incluso de la más mínima
sonrisa que ofrecemos al salir a la calle.
Demuéstrate a ti mismo que puedes
ser más de lo que estás dispuesto a creer y de lo que el mundo está dispuesto a
creer que puedes ser, convéncete que eres único, que ser como eres es fantástico,
que puedes ir más allá de los confines de la tierra y volver en un segundo. Tu ser,
tu esencia, vale más que cualquier físico
perfecto que al fin y al cabo es solo eso, que tu sonrisa es aquella que
querrá ver alguien siempre, o que tus
palabras son las que quieren escuchar o leer.
Deja atrás cualquier comentario
infame que te haga sentir menor, deja atrás a la sociedad que te
señala y a los
malos días, abre tus alas y vuela, siéntete libre, corre con el viento o en dirección
opuesta, sal con el sol o acuéstate con él, simplemente se cómo quieres ser. Intenta
salir del círculo y comienza andar en línea recta, en subidas y bajadas, en
zigzag o en diagonal, preocúpate de ser la persona que desde un principio
fuiste destinada a ser.
Tu ser, es lo primero que debes
amar, lo primero que mires en el espejo y lo primero que muestres ante la
sociedad, es tu esencia y tu vida entera. Es lo primero que deberás animar en
un mal día, por el simple hecho de que es solo un día. Pero tu ser...tu ser es
eterno.